Un café en México con un diseño multisensorial que transporta a su cultura y tradición

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Un café en México con un diseño multisensorial que transporta a su cultura y tradición

José Miguel González / Apertura Arquitectónica

Kali Coffee Roasters es una empresa mexicana establecida por cafetaleros con más de 30 años de experiencia en el cultivo de café de alta calidad en zonas rurales de Chiapas, México.

Kali, que significa hogar en el idioma nativo náhuatl, encarna la filosofía y las creencias de la empresa. La riqueza y los valores agrícolas de la cultura se han transmitido de generación en generación. 

En consecuencia, la familia Kali Coffee Roasters se asegura de que cada miembro de su grupo esté bien atendido brindándoles vida y salud y programas educativos.

Al analizar el contexto y las condiciones de vida de la comunidad, Concéntrico, firma que desarrolló el proyecto, se topó con las casas construidas con madera y paredes de tierra, con tejas de barro hechas a mano en el techo para proteger contra la lluvia. 

Siendo así, los arquitectos usaron las tejas de barro como parte del diseño interior. En las paredes no sólo transmite sus formas de vida, sino que también ofrece una textura única y cálida que funcionará como marca de ambiente de la empresa. 

No hace falta decir que esta disposición de piezas de arcilla y esta celosía tienen un impacto visual muy poderoso y su curvatura y propiedades del material absorben y desvían las ondas sonoras para ayudar con la acústica. 

Cuando la luz se contrapone a la textura, ésta adquiere profundidad mientras que sus sombras curvas recuerdan a los granos de café que conectan el espacio con el producto.

El diseño del café

La cafetería está ubicada intencionalmente donde cada cliente pueda verla, formando el corazón del proyecto. El diseño abierto y de estilo industrial promueve las interacciones entre los clientes y el personal, brindando a los baristas el escenario perfecto para mostrar sus talentos.

El tiempo es esencial y, por lo tanto, jugó un papel muy importante en el concepto, representado por la madera de nogal utilizada en la base de la barra y las cabinas. Su veta se asemeja a las capas del suelo que documentan el paso del tiempo, recordándonos cuánto tiempo se tarda en preparar una tierra para la cosecha. 

El momento riguroso para plantar, cultivar, recoger, seleccionar, despulpar las cerezas, fermentar, secar, clasificar, moler, clasificar, catar, distribuir, tostar, envasar, moler, preparar y, en última instancia, servir la taza de café perfecta. Hacer saber esto en medio del diseño fue uno de los propósitos del lugar.

Otro dato curioso en donde los arquitectos tomaron inspiración para el diseño fue conocer que ese proceso se hace de manera sustentable en Finca La Fortaleza, donde el café que se cosecha está certificado por Rainforest Alliance.

Esto promueve la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales, sistemas efectivos de siembra y manejo agrícola, y la mejora de los medios de vida y el bienestar de cada miembro de la comunidad.

En homenaje a este proceso detallado e impecable, todos los muebles y accesorios de iluminación fueron diseñados a medida en colaboración con Ok Design Studio. Esto se hizo mediante un proceso meticuloso de observación de los materiales, textiles y diseños locales, para luego reinterpretarlos en piezas únicas. 

“Una taza a la vez, este encuentro multisensorial con el café lleva a cada cliente a las Tierras Altas Centrales de Chiapas, México, para descubrir su cultura, tradiciones y formas de vida”, Alejandro Peña Villarreal .

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