El cinturón tropical atraviesa países americanos, africanos, asiáticos y del continente oceánico. La semejanza en el clima de regiones tan diferentes produce un fenómeno atípico, pues al revisar las indumentarias, gastronomías y arquitecturas de naciones con tanta distancia cultural entre sí, como Colombia y Malasia, es posible encontrar similitudes y maneras recurrentes de adaptarse al contexto.

Por otro lado, la vegetación en estos territorios es muy similar, lo que produce un paisaje homogéneo, a pesar de las diferencias. La arquitectura autóctona del trópico, sobre todo en las zonas cálidas, es aquella cuya espacialidad interior se diluye en su entorno. Sus técnicas constructivas pertenecen, generalmente, más al mundo de lo artesanal que al de lo industrializado.

El diseño de la casa
En esta residencia, diseñada y construida en el municipio cundinamarqués de Villeta por el estudio bogotano KB Arquitectos, se combinan y dignifican dos de las tipologías tradicionales de la arquitectura tropical: el rancho y la casa de patio.

Los arquitectos Alexander Brunner y Daniel Guzmán, directores de la firma, propusieron un proyecto en el que se sintetizan los deseos de su dueña de vivir en una cabaña que remita a los complejos turísticos del Sureste Asiático, con una respuesta a la exuberante vegetación del lote. El resultado es una construcción abierta, delimitada sutilmente por la menor cantidad posible de muros.

La planta cuadrada del proyecto se perfora en el centro con un patio, también cuadrado, desde donde los ambientes se distribuyen siguiendo la modulación estricta de una retícula estructural de columnas.

Tres de los cuatro costados de la casa albergan cuatro habitaciones, un estudio y una alcoba de servicio. Estas tres alas se cubrieron con una placa plana de concreto, desde donde se prolongan gárgolas que conducen la lluvia hacia el patio, con el propósito de amplificar el sonido de la caída del agua.

Sobre el cuarto frente, ubicaron la zona social. Esta aparece como un volumen completamente distinto, con un techo a dos aguas de paja que se prolonga en voladizo sobre sus dos extremos, creando así espacios intermedios entre interior y exterior.

Aquí los muros enchapados en piedra labor se levantaron de tal manera que no tocan la cubierta, lo que produce una sensación de amplitud espacial y de integración con los jardines próximos y los árboles nativos. El salón, el comedor y la cocina se conectan con una piscina a cielo abierto, donde la luz del sol se cuela entre el follaje.

El patio sugiere una arquitectura introspectiva y articula las alcobas mediante un espacio central, donde la relación con el exterior está configurada a partir de la entrada del sol y de la lluvia al ámbito doméstico.

Por el contrario, el techo de paja remite al rancho, una forma arquitectónica volcada hacia afuera, con zonas abiertas, pero siempre a la sombra. Estas dos cualidades tipológicas coexisten en el proyecto para separar los ambientes privados de los sociales con gestos arquitectónicos.

El diseño interior estuvo a cargo del estudio A2 Design, dirigido por Andrea Álvarez y María Andrea Vernaza. Esta firma se caracteriza por operar no solamente a partir de una lectura de los deseos del cliente, sino también desde un entendimiento riguroso de la arquitectura y el contexto. Siguiendo esta forma de trabajar, los objetos y el mobiliario que utilizaron le dan cuerpo a un proyecto que persigue la idea de continuidad con la vegetación exterior.

Así, el uso de fibras tejidas en alfombras, canastas, textiles, sillas e incluso lámparas reproduce las geometrías de las hojas y ramas que rodean la casa. Las formas de la manigua se ven reflejadas en la rugosidad de los objetos hechos en Colombia, con excepción de algunas piezas que formaban parte de la colección de la dueña.

El clima húmedo de la región condujo a la elección de materiales resistentes a la exposición que implica habitar espacios abiertos. El interior es una segunda arquitectura que, con pocos elementos, sabiamente dispuestos, hace eco del lugar.

KB Arquitectos recurre en esta casa a las dos expresiones tropicales paradigmáticas del trópico y logra una espacialidad con dos aproximaciones hacia el entorno. En este proyecto, el paisaje no es un escenario distante que solo se puede observar; en cambio, este aparece como un campo habitable que se mezcla con la arquitectura. El rancho y el patio, el afuera y el adentro, el sol y la sombra, todo al mismo tiempo.
Cinco puntos para destacar
1. El deseo de la propietaria de tener una casa que remita a los complejos turísticos del Sureste Asiático les permitió proponer una arquitectura atenta a las tradiciones constructivas y espaciales del trópico.
2. Una retícula de columnas da origen a la organización espacial y programática de la casa.
3. La presencia de un patio y de un techo a dos aguas en paja hace que la casa se vincule con las dos tipologías arquetípicas de la arquitectura tropical y que establezca distintos niveles de relación con el exterior.
4. El diseño interior propone una noción de continuidad con el lugar y la arquitectura de la casa mediante el uso de fibras naturales tejidas.
5. Los arquitectos no abordan el paisaje como un lugar distante para ser mirado, sino como un espacio habitable en el que la arquitectura se sumerge.