Muchos arquitectos coinciden en que es mejor comprar una propiedad con varios años de construída y remodelarla que comprar un proyecto sobre planos. El arquitecto Daniel Segura, gerente de Segura Arquitectura y Construcción —una empresa con más de 30 años de trayectoria—, afirma que muchos de sus clientes tienen un presupuesto para adquirir su vivienda, pero no se deciden entre las opciones nuevas y las viejas.

“En muchas ocasiones he encontrado tesoros en edificios que aparentemente están viejos y no tienen mucha gracia. Todo se trata de lograr ver el potencial de los espacios”, dice el arquitecto. Pero lo cierto es que no todo el mundo tiene el ojo lo suficientemente entrenado como para identificar las posibilidades arquitectónicas de cada lugar, que a veces se ven opacadas por decoraciones poco acertadas, remodelaciones fallidas o acabados envejecidos.
Por eso es clave tener cerca a un profesional de confianza. “El poder imaginativo de un buen arquitecto permite ver espacios luminosos y amplios en donde muchos clientes no los conciben. Entender ese potencial para poder transformarlo, requiere de experiencia”, opina Segura.

Con eso en mente, en su firma ofrecen acompañamiento desde cero: no sólo hacen las remodelaciones de las viviendas ejecutando el diseño y la construcción, sino que asesoran a los clientes en el proceso de seleccionar qué inmueble les conviene más cuando están interesados en comprar, dependiendo de sus necesidades, sus estilos de vida y, por supuesto, del potencial arquitectónico de cada lugar.
Un apartamento en Santa Ana remodelado por Segura Arquitectura y Construcción

Segura Arquitectura y Construcción —en cabeza del Arquitecto Daniel Segura— se encargó recientemente de una remodelación de un apartamento de 110 metros cuadrados en Santa Ana, al norte de Bogotá. Los dueños de este dúplex, con más de 30 años de construído, tenían claro que querían potencializar la iluminación del lugar, así que se escogió una paleta de colores con tonos claros con el blanco como base, para así resaltar la madera natural como protagonista.

La intervención fue completa. La cocina se rediseñó completamente en función de privilegiar la iluminación natural, aprovechando el atardecer de occidente, y se abrió para mejorar la conexión con la zona social.




El trabajo de la madera fue único, especialmente para el piso en granadillo natural que se restauró tabla por tabla. “Las escaleras y las habitaciones tenían un piso distinto, laminado, así que encontramos la misma madera granadillo de 18 milímetros de espesor y le hicimos un tratamiento para lograr uniformidad en todo el lugar”, cuenta Segura. Adicionalmente, se escogió la madera flormorado para todas las puertas y detalles de espacios especiales y palillaje en la cocina.

El uso de colores neutros, grises y verdes en los baños —tanto en el social como en el principal— contrasta con el resto de los espacios. Estos ambientes se destacan, pero no rompen con la propuesta de color del resto del apartamento.

“Los clientes son una pareja. Ella es aficionada al interiorismo y se encargó de hacer toda la decoración, que también le sumó mucho al lugar”, explica el arquitecto. El arte juega un papel muy importante en este proyecto.

“Uno de los efectos positivos del resultado de esta reforma ha sido que los vecinos del mismo edificio han descubierto que sus apartamentos tienen un potencial mayor al que pensaban. Cuando entran al espacio renovado, se preguntan: ‘¿Mi propiedad se puede ver así?’. Incluso creen que este piso tiene una distribución diferente, pero no es así, simplemente logramos sacar el mayor potencial posible de este apartamento”, concluye el arquitecto.
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