Sa Taronja es una casa única en la localidad de Andratx, enclavado al pie de la Serra de Tramuntana en la isla de Mallorca. Hasta finales de los años 90 fue la granja avícola más grande de Baleares, fundada en los años 60 por la familia Burgos.

En 1997, un pintor alemán llamado Hartmut Usadel pasaba por allí cuando vio un cartel de venta en la finca. Inspirado, lo compró y lo convirtió en su estudio de arte. Pero la visión de Hartmut no se detuvo ahí.

Transformó la granja en una galería informal y un centro cultural, dando la bienvenida a artistas de todo el mundo para crear y exhibir su trabajo. Los tres gallineros originales, de 80 metros de largo, se convirtieron en estudios, galería e incluso un pequeño teatro. Uno de los momentos culminantes del centro fue acoger un concierto de la Orquesta Sinfónica de Berlín.

Tras el fallecimiento de Hartmut, su amiga íntima Tina Horne dirigió el centro hasta 2017, cuando un nuevo propietario asumió el cargo con la visión de continuar con el legado cultural de Sa Taronja. Entrar en un espacio con una historia tan rica fue todo un desafío.

Sobre la renovación de la casa
El proyecto, a cargo de la firma Beef Architekti, se divide en dos fases. La primera fase implicó la restauración de una casa de piedra de 300 años de antigüedad en las afueras de Andratx, que hemos terminado recientemente.

La segunda fase se centra en las tres largas salas que alguna vez fueron gallineros y más tarde estudios y galerías de artistas. Los planes para su renovación están en marcha y se están discutiendo con la ciudad. El objetivo es preservar la tradición del sitio y fomentar un sentido de cultura auténtica que se extienda más allá de la ciudad y la isla.

La casa de piedra, que tiene más de 300 años, fue utilizada principalmente como residencia, excepto en la última década cuando sirvió como espacio de apoyo a las actividades culinarias del centro cultural.

La tarea era convertirlo nuevamente en una casa de huéspedes con cuatro apartamentos y una oficina para el gerente. De este modo, con la ayuda de trabajadores locales, se eliminaron todas las adiciones modernas para revelar la estructura de piedra original en su forma natural y sólida.

El nuevo diseño de la obra
En la zona de cocina comunitaria se creó una apertura más grande en la fachada norte para mejorar la iluminación natural y conectar con la calle. Reforzando los elementos de madera originales para mayor estabilidad conservando su color original. Además se utilizaron materiales de origen local, como la piedra Mares, para las nuevas incorporaciones.

Mientras tanto en el exterior, se enfatizó la conexión entre la casa y el patio existente, cuya área cubierta extiende naturalmente la casa. Usando una simple celosía de madera, creamos un patrón de sombreado que se repite en toda la casa, agregando un toque moderno.

A lo largo del sitio, descubrimos muchos artefactos que incorporamos al diseño interior. Estos incluían una mesa y sillas antiguas, vidrio típico mallorquín y piezas de arte de la época dorada de Sa Taronja como centro cultural.

Para la renovación de las naves, la obra se centró en preservar su arquitectura industrial original, caracterizada por una delicada estructura prefabricada de perfiles en L de acero, que se planeó restaurar.

Además se reemplazó el revestimiento exterior modular por una nueva versión, ajustando ligeramente la disposición de las ventanas para mejorar la funcionalidad. En el interior, crearemos un sistema flexible para los servicios públicos, asegurando que los espacios se puedan adaptar fácilmente para usos futuros.

Quienes restauraron esta obra creen que gracias a la reconstrucción prevista de las partes restantes de este excepcional edificio, Sa Taronja volverá a convertirse en un referente cultural en el mapa, actuando como generador de cultura tanto a nivel local como internacional.