La casa en el Tayrona con dos estilos de arquitectura: vernácula y moderna

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La casa en el Tayrona con dos estilos de arquitectura: vernácula y moderna

Alejandro Arango

La buena arquitectura siempre teje relaciones estrechas con el lugar que ocupa. El clima, la geografía y el paisaje urbano o rural son factores determinantes para el resultado del proyecto y su emplazamiento en un lote determinado.

Lo son también los hábitos y las costumbres particulares de las personas y comunidades, así como la cultura material propia —cómo y con qué se construye localmente—. La buena arquitectura difícilmente surge desde la imposición de formas preconcebidas o estilos, más bien aparece en función de una lectura sensible del contexto y del cliente. 

Quizá por esto la obra de Plan B Arquitectos, un estudio con sede en Medellín dirigido por los hermanos Felipe y Federico Mesa, es tan diversa a pesar de tener un hilo conductor claro. Sus proyectos, construidos en distintos sitios del país y del exterior, recogen la información necesaria del entorno físico y cultural.

Esto es lo que les ha permitido operar de manera desprevenida y utilizar lo que tienen a la mano para concebir su arquitectura. Lo que ata el cuerpo extenso de su trabajo no es la repetición de formas, sino la implementación de estrategias que se piensan desde el lugar, desde sus posibilidades y limitaciones.

Una arquitectura única en el río Mendihuaca

En esta casa, ubicada a orillas del río Mendihuaca, en el departamento de Magdalena, se juntan dos arquitecturas: una que remite a las técnicas locales y otra que se vincula con la tradición moderna. Diseñada para una pareja que pasa temporadas en el país, la construcción ocupa un claro alargado dentro del boque tropical de esta región turística. 

La presencia cercana del río condujo a que los arquitectos propusieran una casa lineal paralela a este, con el propósito de no modificar demasiado el terreno y de que la vida doméstica se vincule con el agua.

Así, organizaron la planta en un sistema de galería —una secuencia de estancias conectadas por un pasillo—, donde el corredor, animado por pequeños ambientes amoblados, se llevó a la parte trasera del lote para que las personas que estén en las habitaciones y en la zona social disfruten del paisaje inmediato gracias a terrazas privadas, resguardadas con persianas laterales de madera. 

El basamento de la residencia se concibió como un volumen entre dos placas de concreto. La primera de estas es una losa de fundación flotante que hizo posible la construcción, pese a los niveles de humedad de la tierra.

La otra placa es una cubierta plana perforada sobre las habitaciones y la zona social y de servicios, donde los arquitectos dispusieron un segundo techo a dos aguas, armado con alfardas de madera  —largueros que lo soportan— y cubierto con un tejido de hojas de palma.

Así mismo, fraccionaron el techo en tres segmentos lineales para tener aberturas en sus extremos y promover la ventilación cruzada en cada espacio. En esta forma, se conjugan la arquitectura vernácula local, propia del trópico costero, con otra más tecnológica y moderna.

Este juego de techos planos y cubiertas a dos aguas de mayor altura hace que la casa goce de diversidad espacial. Mientras el corredor, los baños y las terrazas tienen una escala recogida, en las alcobas, la cocina, el salón y el comedor se abre el espacio y se pueden apreciar las dos técnicas presentes en la obra, al tiempo que los tejidos y la madera se posan sobre el concreto y los muros revocados.

La geometría, la materialidad y la espacialidad de este proyecto responden a las condiciones específicas de su emplazamiento. En él, se mezclan las técnicas artesanales con los procesos industrializados para ofrecer una arquitectura que se deja contagiar de lo que la rodea. Si la buena arquitectura se vincula con el lugar que ocupa, esta casa está hermanada con el bosque tropical y con el viento para promover una vida doméstica a lo largo del río.

Cinco puntos para destacar de esta obra

1. La casa la construyeron a orillas del río Mendihuaca, para una pareja que pasa temporadas en Colombia.

2. El sistema espacial en galería permite recorrer la casa en forma lineal, paralela al río.

3. Gracias a la doble cubierta, una plana de concreto y otra a dos aguas de madera y palma, la vivienda goza de diversidad espacial.

4. Los arquitectos fraccionaron el techo en tres, para generar aperturas en sus lados cortos; esto, junto con la ventanería de madera con anjeo, permite ventilar correctamente los espacios interiores.

5. En la arquitectura de la casa se mezclan las técnicas artesanales vernáculas de la región con formas constructivas y espaciales modernas.

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