El arquitecto danés Bjarke Ingels explica que la arquitectura es la ficción del mundo real, una técnica que puede materializar nuestros sueños con ladrillos y cemento. Esta noción sobre la arquitectura como construcción de ficciones resulta particularmente cierta en proyectos como escenografías para el cine o en espacios infantiles, en los que el carácter utilitario y pragmático, propio de programas como la vivienda, pasa a un segundo plano en favor de lo atmosférico.

Neobio, cadena china de centros de atracciones para niños, acaba de inaugurar una sede en Yuyuan, uno de los jardines y conglomerados históricos más importantes de la ciudad de Shanghái.

Localizada en un edificio de la zona, esta obra de diseño interior, desarrollada por la firma local Pig Design, pretende mezclar la tradición arquitectónica china con una nueva expresión espacial, y vincularlas mediante el uso de geometrías y colores que reinterpretan los elementos de la pintura y jardinería típicos.


El diseño del lugar

El proyecto tiene una recepción —definida por medio de un mueble de recibo de gran formato— y diversos espacios de aprendizaje e interacción, como una zona de botica, donde los niños hacen sus propias medicinas usando hierbas, y un restaurante, en el que los visitantes pueden preparar aperitivos y platos propios de la cocina regional.

Cada estancia aparece como un mundo diferente, con objetos particulares y piezas de mobiliario diseñadas específicamente para el lugar. Si bien cada ambiente es distinto, los colores fuertes y las geometrías sinuosas unifican la lectura del conjunto.


La creación de estos espacios escenográficos fue posible gracias a los materiales empleados, que además aportan a la dimensión sostenible de la intervención. Maderas, tapetes, pinturas y pisos de PVC, entre otros, generan un collage colorido y curvilíneo, que contrasta con el edificio original y con su entorno urbano.

El mobiliario se diseñó teniendo en cuenta la escala y la ergonomía de los niños, en tanto que la zona para los padres tiene un registro visual directo hacia las áreas de juego de los pequeños.

La nueva sede de Neobio es un ejercicio de diseño interior en el que se priorizan la emoción y el asombro. Con este propósito, se encarga de construir mundos fantásticos —casi literarios— desde un entendimiento profundo de los niños. Como un caleidoscopio, sus colores y formas se ocultan dentro de un contenedor austero, para revelar un mundo que solo puede existir gracias a la arquitectura.