En las películas de ciencia ficción existe el concepto de los “túneles de descompresión”, lugares de transición que las personas tienen que cruzar si necesitan pasar del espacio exterior a una nave, del fondo del mar a una estación submarina o, por qué no, de un punto a otro del tiempo. Según explica David del Valle, esa fue la inspiración para crear la entrada del nuevo showroom de la compañía Schaller, importadora de varias marcas europeas de lujo de acabados y mobiliario, en Medellín.
El diseñador antioqueño —director de Del Valle Studio— trabajó de la mano de la marca italiana de mobiliario Molteni&C —distribuida en Colombia por Schaller— para crear el diseño de este nuevo espacio que, en sus palabras, “más que un showroom es un living para relajarse, encontrarse, conversar y hacer negocios”.
Por ese motivo, era relevante hacer un túnel de descompresión en su ingreso: la idea es que las personas que lleguen entiendan que están entrando a otro ambiente y que deben dejar sus cargas afuera.
“Trabajar con Molteni&C fue un privilegio que no me esperaba. No fue una colaboración 50/50, sino que ambas firmas participamos en el ciento por ciento de la concepción del proyecto. El trabajo en equipo supera la genialidad”, opina Del Valle.
El diseño de Schaller
La sala parece que estuviera flotando debido a las ventanas de piso a techo que la rodean y a su ubicación en el piso 16 de Q Office —calle 2 # 20-50—, una torre corporativa de estilo high-tech que se posa al suroriente de la capital antioqueña, con vista panorámica gracias a las características topográficas de ese sector. El ambiente que lograron en Schaller, cálido y acogedor, contrasta con el carácter del edificio, cercano a lo industrial.
“Este proyecto llega después de haber trabajado en más de una decena de tiendas propias —cuenta Kevin Schaller, CEO de Schaller—. Quisimos estar en Medellín porque nuestra intención es invertir en esa ciudad, que se está convirtiendo en un centro de diseño importante para el país y para la región. Este es un family office que le abre las puertas al talento local, que no es poco, sobre todo de gente joven. La idea es aportarle al muy buen nivel que ya hay en la capital de Antioquia”.
El espacio, que ocupa unos 150 metros cuadrados, está dividido en tres ambientes tras cruzar el túnel de entrada —que está iluminado de abajo hacia arriba para lograr dramatismo—. El primero es una zona de reuniones que tiene una selección especial de materiales.
El segundo, llamado Horizonte, es una sala para charlar con muebles bajos, que se conecta además con el tercero, una cocina que se mimetiza con el interiorismo del lugar. Los tres pasajes tienen un diseño marcado por los materiales y la iluminación.
“Es probable que esa distribución cambie, pues la idea de un showroom es que se renueve cada cierto tiempo. Para eso hicimos un diseño eléctrico perimetral, que permite versatilidad en los usos del espacio, el cual está equipado con alta tecnología. De hecho, el lugar va a cambiar radicalmente en febrero del año entrante, cuando lleguen las colecciones de 2024”, concluye Del Valle.
