“Cuando Laura me mandó la idea inicial, la invitación que tenían, me inspiré justamente en esa imagen de una Navidad diferente. La sentí sofisticada, con tonos chocolate que transmiten refinación, misterio y romanticismo. Sabía que no quería recurrir al típico rojo navideño; buscé tonalidades cobrizas y chocolates como base para crear una atmósfera única”, comenta Adriana Satizabal, quien decoró esta mesa.
En el diseño de esta mesa navideña el mantel jugó un papel protagónico al aportar texturas que realzaron los verdes naturales y la tonalidad de los detalles, como las botellas de San Pellegrino. La vajilla también adquirió un punto importante gracias a la elección de colores que contrastaban elegantemente con los elementos puestos en escena.
Otro aspecto clave en la decoración de la mesa fueron las lámparas de caperuzas negras, que aportaron misterio y profundidad a la composición, generando un ambiente cotidiano pero con una dosis de dramatismo navideño.
Mientras tanto, la selección de los elementos incluyó pequeñas bases doradas, tanto mates como brillantes, que aportaron altura y dinamismo a la mesa. “El dorado es muy importante para mí, no solo por su belleza, sino porque energéticamente simboliza el amor y eleva la energía del espacio”, explica la diseñadora. Estas bases, combinadas con pinos naturales, crearon una composición que equilibró la calidez de los materiales con el brillo de los detalles.
Detalles del diseño de la mesa
Un toque personal y simbólico lo aportaron unos palitos que la diseñadora incluye en sus proyectos. “Representan la unión y el trabajo en equipo, un sello característico de mi marca”, afirma. Asimismo, se incorporaron luces de batería que añadieron un encanto fantástico al ambiente, mientras que las lámparas con velas en tonos chocolate contribuyeron a la sensualidad y sofisticación de la escena.
Satizabal también aprovechó piezas del hogar de Laura, como la vajilla en tono chocolate y un servilletero que armonizaba con la textura y los colores del mantel. “Siempre encuentro tesoros en las casas de mis clientes, y me encanta jugar con estos elementos para darles una nueva vida dentro de la composición”, comparte la diseñadora.
Las esferas doradas y cobrizas, en acabados mate y brillante, completaron el concepto, mientras los pinos frescos, con sus tonos verdes claros, impregnaron el espacio con el aroma del bosque. Para Adriana, las velas son indispensables en cualquier escenario festivo: “Brindan calidez y conectan con la energía del fuego, creando una sensación de reunión y armonía”. Además, recomienda incluir siempre materiales frescos como rosas y pinos naturales para transmitir energías positivas y armonizar los espacios.
Con esta propuesta, Laura Tobón y Adriana Satizabal demuestran que la Navidad puede reinventarse, rompiendo moldes y explorando nuevas formas de celebrar con estilo y significado.
